Algunas personas tienen la oportunidad de entrenar de forma habitual por la mañana, la mayoría, en cambio, suelen entrenar a medio día o por la tarde debido a sus horarios de trabajo, estudios, etc. Sin embargo, sabemos que incluso para aquellos que entrenan de tarde siempre llega el ansiado fin de semana y si no ha sido tan anhelado como para que el viernes noche se nos vaya de las manos, el sábado por la mañana suele ser un buen momento para entrenarnos.
Esos días en los que se va a entrenar por la mañana surge el problema, especialmente para los habituales del turno vespertino, cuando uno se levanta y piensa: ¿y qué desayuno antes de entrenar?
La contestación a la pregunta, variará según cada caso particular, el tipo de entrenamiento, la intensidad… pero esta cuestión en particular, depende especialmente de un factor como es el tiempo, y no nos referimos a si llueve, hace frío, sol o graniza, no. Nos referimos al tiempo que vaya a transcurrir desde el desayuno hasta el momento de entrenar.
Y es que, desayunar como si no fuera a haber mañana y al terminar calzarse las deportivas inmediatamente dispuestos a darlo todo entrenando puede que no sea lo más productivo. Así que vamos a marcar algunas pautas, para que podáis averiguar qué tipo de desayuno os conviene para afrontar vuestro entrenamiento con garantías: