lunes, 23 de enero de 2012

Hipertrofia muscular: introducción (I)

No podía ser de otra forma y empezamos con una serie de entradas dedicadas a la hipertrofia muscular porque, no nos engañemos, la mayor parte del público asistente al gimnasio, especialmente el masculino, busca el aumento de su masa muscular (hipertrofia muscular).



Aunque generalmente la hipertrofia muscular se asocia a fines estéticos, esta serie de entradas con las que inauguramos el blog también buscan ser interesantes para aquellos deportistas que les sea útil ganar o mantener masa muscular como determinados jugadores de fútbol, baloncesto, luchadores de artes marciales etc.

Como ya sabéis, el incremento de la sección transversal de la fibra muscular se interrelaciona con un incremento de fuerza. Esto es algo que habrán comprobado muchos asiduos del gimnasio, ya que a mayor diámetro de musculatura, más fuerza se posee.
También sabemos que la hipertrofia muscular no se da en todos los individuos por igual, pues hay variaciones genéticas entre la proporción de fibras tipo I (las llamadas fibras de resistencia o fibras rojas) y fibras tipo II (las denominadas fibras de potencia o fibras blancas). De esta forma, aquellas personas con una preponderancia de fibras tipo II tendrán mayor tendencia a ganar masa muscular si trabajan con cargas y su rendimiento destacará en deportes de potencia. Al contrario, las personas con mayor cantidad de fibras tipo I obtendrán un mayor rendimiento en deportes de resistencia pero su capacidad para el aumento de masa muscular será menor. Un claro ejemplo de deportista con mayor proporción de fibras tipo II sería Usain Bolt. En el otro lado, Chema Martínez, sería un ejemplo de deportista con mayor proporción de fibras tipo I

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